Ginkgo biloba

Descripción

El Ginkgo biloba es una especie única en el mundo vegetal, considerado un verdadero “fósil viviente”, ya que es la única especie sobreviviente de un grupo de árboles que existió hace más de 200 millones de años. Originario de China, es altamente valorado tanto por su interés botánico como por su belleza ornamental y resistencia urbana.

Es un árbol caducifolio que puede alcanzar entre 20 y 35 metros de altura, con una copa estrecha en su juventud que se ensancha con el tiempo. Su corteza es grisácea, con fisuras poco profundas, y su crecimiento es lento pero constante.

Las hojas son lo que más lo distingue: en forma de abanico, con nervaduras paralelas, de un verde claro en primavera y verano que se transforma en un intenso amarillo dorado en otoño, creando un espectáculo visual inconfundible. Es una especie dioica, es decir, existen árboles machos y hembras por separado.

Las flores son poco llamativas y, en el caso de los ejemplares femeninos, los frutos tienen un olor fuerte al caer, por lo que en entornos urbanos suelen plantarse ejemplares masculinos. A pesar de ello, sus semillas han sido utilizadas en la medicina tradicional china durante siglos.

El Ginkgo es extremadamente resistente a la contaminación, enfermedades, plagas, y condiciones urbanas adversas, lo que lo hace ideal para alineaciones, parques y jardines públicos. Se adapta bien a diferentes tipos de suelo y resiste el frío y la sequía una vez establecido.

Además de su valor ornamental, es conocido por sus propiedades medicinales, especialmente en extractos de hojas, que se usan como complemento para la mejora de la memoria y la circulación sanguínea.